lunes, 26 de diciembre de 2011

27 de diciembre

Hace 19 años, un 27 de diciembre nació alguien que el destino pondría en mi camino y que ha llegado a ser un chico muy especial para mí, diría que lo quiero como a un hijo. Hoy quiero demostrarle mi cariño en forma de palabras.

Que el amor te envuelva en sus brazos.
Que dibuje en tus labios una sonrisa.
La misma que tú dibujas en los míos.
Que las olas de la vida te mezan con suavidad.
Que te arrastren a una isla de felicidad.
Que el sol siempre brille con fuerza para ti.
Que todos tus sueños se hagan realidad.
Deseo que el destino me permita seguir tus huellas.
Seguir compartiendo el día a día contigo.

Para ti Edu. Gracias por tu amistad.








martes, 20 de diciembre de 2011

¿Felices Fiestas?

La Navidad está muy cerca. Ya se respira en el ambiente el enorme consumismo de estas fechas. Papa Noel, los Reyes Magos, la ropa interior roja, cenas de empresa, regalos, más regalos, comida, mucha comida, a veces pienso que la gente solo come en estas fiestas.
Las reuniones familiares, con personas que no has hablado en todo el año y que ahora tienes que querer y abrazar. También esta lo de… ¿Con tus padres o con los míos? Hay que sentarse hacer un plano de dónde vas a pasar cada fiesta.
NAVIDADES PASADAS
Como muchas cosas pienso que la Navidad se vive diferente en cada etapa de la vida. Cuando era pequeña ¡Aquello era Navidad! no hacía falta cuantiosos regalos, ni grandes comilonas, estábamos juntos mis abuelos, mis padres, mis cuatro hermanos y yo. Eso era lo importante.
Mis padres con mucho esfuerzo lograban comprarnos algún juguete para Reyes, porque Papa Noel no se había instalado todavía en España. Aquel juguete lo disfrutábamos, ilusionados, recuerdo la alegría y las caras de satisfacción de mis padres al vernos tan contentos.
Mi padre, al que me encanta escuchar cuando me cuenta sus historias, siempre me habla de su regalo de Reyes que recibió una vez, y digo una vez, porque no tuvo más. Fue allá por el año 1940. Era un caballo de cartón, para el precioso, su ilusión acabo pronto cuando fue a darle de beber a su caballo y se le deshizo.
El de mi madre fue un muñeco de la época que llamaban “Un Pepito” ella tuvo más suerte, su bebe no tuvo sed, ya que también era de cartón. Los demás juguetes corrían a cargo de su imaginación y de lo que tenían a mano, cajas, piedras, palos, cuerdas, cualquier objeto era un juguete perfecto. Mi abuela, enrollaba un trapo le ponía una bola de cartón como cabeza y mi madre ya tenía un bebe con el que jugar.
NAVIDADES PRESENTES
Ahora los niños no saben lo que eso significa, saturados de regalos, abren uno y otro y otro paquete, sin saber ni lo que es. Lloran y patalean si no es lo pidieron. Siempre es lógicamente aquello con lo que la televisión los  bombardea, un come coco que abduce en estas fechas a los pequeños consumidores. La mañana de Reyes los contenedores de basura son la muestra del exceso.
Ahora mismo me encuentro en la fase en la que mis hijas ya descubrieron hace tres años porque siempre por estas fechas tenían que quedarse algún sábado en casa de los abuelos y los armarios curiosamente se llenaban de bultos perfectamente tapados.
Porque extraña razón su padre cuando estábamos viendo la cabalgata siempre se había olvidado de algo y tenía que volver a casa. O lo perdíamos de vista entre la multitud. Esa inocencia es la esencia de estas fiestas, que estropeamos con el consumismo incontrolado.
La Navidad es bonita, mágica para los niños, pero las personas como muchas otras cosas la están destruyendo, haciéndola odiosa, quitándole la magia que la envuelve. Hay que ser bueno en Navidad, no, hay que serlo todo el año.
Solo se acuerdan en estas fechas de visitar a los padres, hacer donaciones, ayudar a los más necesitados. La tele se llena de programas solidarios, en los que te animan a donar y donar dinero para los necesitados (eso es lo que dicen) sinceramente no creo que les llegue ni la mitad.
¡No lo entiendo! Los padres están ahí todo el año, nos necesitan ver, oír siempre, no solo en Navidad. Los necesitados comen cada día, como nosotros,  o así debería ser. Los sin techo que sacan en la televisión, duermen cada noche bajo las estrellas.

Seguiré viviendo la Navidad a mi manera. Los familiares van faltando, eso hace que la Navidad  traiga recuerdos de las personas que quieres, que ya no están a tu lado.  Todos mis abuelos ya no están aquí para acompañarme con sus palmas y sus risas mientras yo tocaba aquella vieja pandereta dando vueltas alrededor de la mesa. Por otra parte mis padres siguen conmigo, lo que es motivo de una infinita alegría, y como me gusta ser positiva me quedo con eso.
NAVIDADES FUTURAS
A no ser que esta noche me visite el Espíritu de las Navidades futuras, no sé cómo serán las próximas, pero hasta que lleguen pienso seguir disfrutando cada día como si fuera el último.


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Os deseo a todos Felices Fiestas. Feliz año 2012, mis mejores deseos de salud y  suerte en todos los aspectos, pero no solo para este año que está por llegar sino para toda la vida. No olvidéis disfrutar de las pequeñas cosas diarias. Un amigo al que aprecio mucho me dijo que buscara cada día un regalo que la vida me daba… Y os puedo asegurar que es verdad, los hay, pero hay que buscarlos, dejando a un lado lo negativo.


Fotografía de Miguel Ángel Rodriguez.



sábado, 10 de diciembre de 2011

El pacto


Como si de una condena se tratase acaté mi pena con resignación. Es el precio a pagar que él, como juez y verdugo me impuso el día en que mis progenitores me ofrecieron el reto de vivir.

Él está siempre ahí. Es mi compañero de viaje. Es el testigo de todos y cada uno de los segundos de mi vida.
Cuando en ocasiones me olvido de él, se adentra en mi mente y me recuerda su presencia, su implacable y veloz paso.
Me ha hecho varias veces despertar a la vida, abrir los ojos, reflexionar y levantarme.


Hoy me presento ante él para decirle que… Soy culpable señor juez. Culpable de dejarme arrebatar un tiempo de mi vida. Un tiempo irrecuperable, irremplazable.
Me deje llevar por ella. Como las olas a la arena, la tristeza me arrastro. Me embauco como a una inocente niña. Creí que su intención era cobijarme, protegerme del dolor que inundaba mi corazón.
La realidad era diferente. Intentaba apoderarse de mi alma. Aislarme del exterior, abrazarme, ahondando en mis heridas.

Sentí que tú habías desaparecido, que me habías abandonado. Mi mundo se detuvo. La luz del exterior dañaba mis ojos, ni tan si quisiera la luna con su magnetismo lograba hacerme salir de mi escondite.
Fuiste tú, quien de nuevo me hizo reaccionar. En el silencio de la habitación te oí, te sentí en mi cuerpo. Me mire al espejo y recordé el pacto.


Tic, tac, tic, tac…La vida es una contrarreloj, no pierdas el tiempo.



Fotografía; Héctor Mira

Modelo; Sergio Casanova


jueves, 8 de diciembre de 2011

Lluvia de palabras

Un nudo me oprime la garganta. Se estrecha poco a poco, asfixiándome. Mis pensamientos me transportan a la realidad. Perdí lo que un día creí tener.
Falsas mariposas vuelan a mí alrededor. El cielo gris se llena de sus bellos colores.  Crean un paraíso idílico para luego transformarse en horribles bestias que me sumen en la oscuridad. Y se regocijan en su infinita crueldad.
Escucho el melancólico sonido de las cuerdas de un violín. Una triste balada que me acompaña  en estos momentos en los cuales quisiera desaparecer, esfumarme…
Nadie buscaría mi sombra. Sería, tan solo un recuerdo. Seria, como una de las miles de estrellas que se dibujan en el firmamento. Aquellas que todos miran y nadie ve.
El tiempo pasa, con él las personas, los momentos y sentimientos que van formando la telaraña de la vida. Hilada a fuerza de penas y alegrías. Sus finos filamentos la hacen frágil.
Abriré los ojos, quizás así despierte de esta pesadilla.
No, todo sigue igual. No soñaba, el sueño era creer que tal vez lo fuera.
Necesito soledad. Que las lágrimas inunden la habitación, que el nudo se deshaga y pueda gritar ¡Basta ya!
Me protegeré con mis alas de la lluvia de palabras, falsas palabras que hieren.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Una huella imborrable

Hoy 25 de noviembre es el Día Internacional contra la Violencia de Género. Por ello quiero compartir un momento de mi vida que me dejo una huella imborrable.

Estaba siendo un día como otro cualquiera. Esperaba paciente mi turno en un establecimiento. Sentada, mataba  el tiempo leyendo. Entonces entro una señora de mediana edad. Las dependientas parecían conocerla bien, una de ellas se acerco y se intereso por su estado. La señora asentía con la cabeza sin apenas hablar.

Las dependientas volvieron a sus tareas. Yo, me levante y ofrecí mi asiento a la señora. Esta se giro y puso su mano sobre la mía agradeciéndome el detalle. —Gracias vida, eres muy amable. Apoyada en mi  hombro se sentó y me apretó  suavemente la mano.  Fue entonces cuando vi sus ojos apagados, cuando sentí su tacto gélido y su voz triste. Nunca jamás había sentido algo parecido. Aquella mujer me trasmitió dolor, mucho dolor.  No dolor físico, dolor en el alma. Un escalofrió me recorrió el cuerpo. Era un alma muerta en vida.

Allí sentada con la mirada ausente la mujer esperaba. Las dependientas le entregaron su pedido y la señora se marcho. Al Instante de salir la mujer el resto empezó a comentar la historia de aquella atormentada mujer. Fue entonces cuando entendí lo que había sentido al cruzarme con ella.

Hacía cinco años que la hija de aquella mujer había sido asesinada a manos de su marido. Este no soportaba que su mujer quisiera romper el matrimonio, tenían dos niños pequeños. Una noche preparo una cena sorpresa de reconciliación, previamente había sedado a sus hijos. La mato, descuartizo y repartió en bolsas sus restos que luego tiro como el que tira la basura. Limpio todo a conciencia y se fue a dormir. A ojos de todos ella había abandonado el hogar y a su familia, la buscaron sin éxito. Al final se supo la verdad, él fue detenido y acusado.

Los niños quedaron a cargo de su abuela. Que tuvo que sacar fuerzas sobrehumanas para continuar y sacar adelante aquellos pequeños, conviviendo con su dolor. Pero la vida todavía no la había maltratado bastante. Vivía pendiente de que en breve el asesino de su hija saldría en libertad y por si eso fuera poco, aquel “hombre” por llamarlo de alguna manera, tenía el derecho de ver a sus hijos. Aquella madre tendría que mirar a los ojos al asesino que le quito una parte de ella.

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Aquella historia me impacto, aquella mujer me impresiono y aquel momento me sobrecogió. No he podido olvidarla jamás. Me emociono y me lleno de ira cuando pienso en ella, en su historia y en eso que llaman Justicia, que para mí no existe.

Todo mi apoyo, mi cariño y mis mejores deseos para aquellas mujeres, niños y hombres, que también los hay,  que estén sufriendo algún tipo de maltrato. Para las que lograron salir de él y para las que no.

La violencia es el miedo a los ideales de los demás. Mahatma Gandhi.

Un abrazo.



martes, 22 de noviembre de 2011

El Peregrino de la Blogosfera. Una parada en la luna.

He tenido el honor de que El Peregrino de la Blogosfera hiciera un alto en su camino, descansando en este rincón de la luna. Dejando su huella en él con un bonito texto y una preciosa poesía.


Melodías de Escritor

El Peregrino de la Blogosfera llega al rincón de Verónica, un diario personal abierto a los lectores y en el que con su permiso pienso sentirme como en mi propia casa.

Se nos pregunta muchas veces a los bloggers ¿Por qué ese afán de escribir en un blog? Y la verdad es que contestar esta pregunta tiene dos posibilidades, si te la pregunta un compañero de la blogosfera, a poco que le cuentes te va a entender perfectamente, pero si el que te hace esta pregunta es un desconocedor de como funcionan los blogs y ajeno de todos los sentimientos y sensaciones que vertemos en ellos, será inútil que le expliques nada, nunca lo entenderá.

Recupero para mi amiga una pequeña poesía dedicada para los que de verdad entienden porqué escribimos en un blog.


Qué necesidad de escribir tengo hoy
si olvido el verbo y pierdo las letras,
me quedo a solas con mis sueños.

Suena a lo lejos el saxofón
llora con anhelo su desamor
o quizá no, sopla al viento su alegría
inunda mi alma de melancolía.

Llora, ríe, gime o tal vez cante
el saxo suena como mis sueños
dispersos, espesos, profundos, son opalinos,
lloran, ríen, gimen y también laten.

Que necesidad de escribir tenía hoy
con poco verbo, con escasas letras
melodías malditas del corazón.




Por todo esto y mucho más sigo mi viaje peregrino, llegando a rincones íntimos de mis amigos y amigas, dejando una pequeña huella que siempre está cargada con el guiño del entendimiento y aplaude la constancia de los que aquí dejan parte de su alma.

Ha sido todo un honor estar alojado un día en tu diario, gracias Verónica por tu calurosa acogida a este peregrino.


Muchas gracias amigo Senovilla. Ha sido un placer conocerte en este inmenso mundo de la blogosfera y más todavía contar con tu visita. Decirte, que mi espacio es tu espacio, puedes  alojarte en él cuando desees.

Un fuerte abrazo y que tengas un feliz viaje.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Víctima y verdugo


Raúl acudía a su cita diaria en un  antro recóndito a las afueras. Allí le esperaba ella. El tiempo se paraba en aquel lugar. Al regresar al hogar: mentiras, reproches y lágrimas…
Sus días transcurrían pendiente del reloj, deseando volver a verla. Todo perdía sentido al estar frente a ella, su matrimonio, sus hijos y su futuro. Nada importaba, nada recordaba.
Las visitas aumentaron hasta  convertirse en una obsesión destructiva. Cegado por una melodía repetitiva e hipnotizado por sus colores. 
Llego al límite y obtuvo el premio: lo perdió todo. Jugó su última moneda antes de saltar al vacío.





sábado, 12 de noviembre de 2011

Cinco fases

Este texto está basado en mi propia experiencia y en la de las personas que me rodean. Las cinco fases a las que me refiero en el titulo no son más que las etapas que he vivido hasta ahora, y las que he visto a los demás vivir. 
Primera fase; La niñez
La etapa más bonita. Inocencia y juegos. Donde la única preocupación es pensar si te has portado bien para que los Reyes Magos te dejen aquello que pediste. Donde todo el amor es para los papis. El único deber, ir al colegio y aprender. Nacen las primeras amistades, quizás algunas de ellas te acompañen durante años, otras son pasajeras. Todo es un descubrimiento. Aquí es donde la educación y los valores que te enseñen marcaran en parte tu vida.
Segunda fase; La adolescencia
Una etapa importante. Ahora desde donde estoy la veo bonita, divertida y la añoro pero cuando estaba en ella no la vivía así. Es un tiempo en el que la personalidad se define, pero los altibajos son constantes. Los miedos surgen, la vergüenza te hace perderte momentos bonitos. Los primeros amores se viven intensamente y cuando te decepcionan crees que eres la persona más desgraciada del mundo, que jamás encontraras el amor. Las amistades son muy importantes, son un apoyo esencial, pero como en el amor también se sufren desengaños con los amigos. Piensas que los mayores no te entienden. Y deseas ser mayor porque crees que todo es más fácil. Se tiene prisa para todo…Gran error.
Tercera fase; La fase adulta
La etapa más rápida. Unas personas por los estudios, otras por el trabajo, la familia, los hijos, el caso es que todo se centra en sacar adelante lo anterior y no te das cuenta de que los años están pasando veloces. Estas inmerso en una rutina, todos son problemas y facturas. No tienes tiempo ni de pararte a pensar, eres un robot y una víctima de la sociedad y el consumismo. Estas continuamente enfadado contigo mismo y con el mundo que te rodea. Ves y oyes pasar cosas a tu alrededor pero no te involucras, es como ver una película, cuando acabas apagas el televisor y continuas como siempre.
Cuarta fase; La mía
La etapa de los cambios. Esta en teoría tenía que haber llegado a ella dentro de unos añitos pero yo siempre fui muy adelantada en lo que respecta a la vida. Así que me incluyo antes de tiempo en esta fase.
Los hijos empiezan a ser más independientes, no te necesitan para todo, empiezan a volar de debajo de tus faldas. Las facturas no menguan al contrario… Vas perdiendo a las personas que quieres por vejez, enfermedad o antes de tiempo y de forma que no logras aceptar. Y llega un instante en que algo dentro de ti hace clik y miras hacia atrás, analizas tu vida. Te das cuenta que apenas te has enterado de esos años pasados, que todo ha ido tan rápido… Tienes recuerdos, fotos, vídeos, pero no sabes decir si en aquel momento lo disfrutaste. Reflexionas y ves que te queda tanto por hacer de aquello que soñabas. Empiezas a ver lo que realmente es la vida, lo que importa de veras. Todo se ve diferente, todo se siente diferente. Es ese momento o te declinas por el cambio o continúas tu línea, todo depende de las carencias que se tenga y del valor para llevar a cabo el cambio. 
Quinta fase; La más dura
La etapa del recuerdo. Bueno, de esta no puedo hablar demasiado, quizás si sigo con este blog dentro de mucho años más acabare de escribir esta fase. Por las personas de mí alrededor, esta es la etapa en que recuerdas toda tu vida. En la que te arrepientes y te alegras. En las que las enfermedades hacen aparición, impidiéndote seguir disfrutando de la vida. Creo que es la edad en que más cariño se necesita, más apoyo y más cuidados. Pero igual que es dura es bonito llegar a ella, es señal de que has vivido y si lo has hecho bien, habrás disfrutado de cada momento.

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Una ventana a los sueños
Llévame a través de tus versos a tu mundo. 
Un mundo de ensueño, donde las palabras son el alimento del alma. 
Donde el tiempo ralentiza su ritmo, los minutos se convierten en horas.
Donde el embrujo de la noche te abraza y la soledad se puebla de estrellas.
Con cada verso un suspiro, con cada estrella una sonrisa.








lunes, 24 de octubre de 2011

Al límite


Hoy he vuelto acudir como desde hace más de un año a nuestra cita. Llevo todo el día pensando en ello, me encanta hacerlo contigo al anochecer y dejar que la luna sea testigo de nuestro momento. Acabo extenuada a tu lado pero lo deseo.
Mientras corría a tu encuentro me repetía una y otra vez que hoy seria diferente. No pienso dejar que tú tomes siempre la iniciativa, hoy voy a ser yo, te voy a llevar a mi terreno. Como si de la primera vez se tratara empezamos muy suave, disfrutando del momento. Tú vas subiendo lentamente el ritmo, yo siento que mi corazón se dispara. Me acerco a ti, tu piel roza la mía, cruzamos nuestras miradas. Mis pulsaciones se disparan. Siento que las piernas me van a flaquear, pero no puedo ni quiero parar. Hoy tengo que llegar al final.
—Tu respiración está muy acelerada—me dices sonriendo. 
—Sí, pero no pares, sigue—te respondo con la voz entrecortada y una tímida sonrisa.
Tus movimientos son cada vez más rápidos, yo me dejo llevar. Cierro los ojos y parece que estoy sobrevolando el paraíso. El momento llega a su fin, hemos llegado juntos al límite.
— ¡Ha sido increíble! No creo que podamos mejorar lo de hoy. 
—Sí, siempre se puede superar.
Una vez descargada toda la adrenalina acumulada con una hora de footing, solo queda llegar a casa y disfrutar de una refrescante ducha.

martes, 18 de octubre de 2011

Perdida

Ilustración de Irene Martín





Malgaste mi tiempo trazando un camino hacia un final incierto. No sabía entonces que no era poseedora de mi destino. A cambio recorrí un sendero sombrío. Un paisaje de mustios arbustos de los que en ocasiones brotaba tímidamente una efímera y bella flor.
Bajo mis pies la tierra se resquebraja. Presencias oscuras surgían a mi paso. Ansiaban arrastrarme hacia la nada, apoderarse del alma sumergiéndome en su soledad. Herida, avanzaba, mientras las esperanzas de hallar el camino soñado mermaban.
Finalmente un cruce de caminos donde debía escoger, opté por desobedecer al corazón…
Perdí la noción del tiempo, sucedió en mi pasado o quizás en mi presente…M
e perdí o tal vez jamás me hallé.



http://www.irenemartin.com/

lunes, 19 de septiembre de 2011

La maleta


Es enero y la noche está fría y húmeda: la lluvia ciega los cristales. Mantuve la mirada fija en las dos rosas que dejaste al marchar; el tiempo las marchita como hizo con nosotros. Los recuerdos caen ahora en este abismo de silencio en el que se ha convertido nuestra casa. Y agradezco este llanto, que los ahoga.
Con la luz de la mañana, borro las huellas que de ti continuaban en mi piel. Y decido que es el momento de hacer la maleta. Busco en el baúl, cerrado hace tiempo, que aguarda, lleno de polvo, bajo la cama. —Volvamos a intentarlo—me digo. Y recojo del baúl fuerza para olvidarte, ilusión para conseguir mis sueños, pasión para amar de nuevo y esperanza para seguir viviendo. Y lo coloco, todo junto, en la maleta.

viernes, 26 de agosto de 2011

Último vuelo

Tanto tiempo soñándote, imaginando que sigues a mi lado. Han pasado dos años desde que te fuiste y todavía se respira tu olor en cada rincón de la casa. Me prometiste que volverías —Solo son dos días, volveré pronto—, mentiste.

Todo me recuerda a ti, hasta el detalle más simple, y son estos recuerdos los que hacen que te odie y siga amándote. No podré superarlo sin ti. Me repito constantemente lo que todos me repiten —Debes olvidarlo, princesa—. Cómo olvidar tu boca, aquellos besos, los brazos en los que me cobijaba y me sentía segura. Tu recuerdo me hace enmudecer, la nostalgia me paraliza y mi mundo se tambalea.

Cada día, al amanecer, me levanto, me pongo el vestido que tanto te gustaba y me pinto los labios con tu color favorito, rojo pasión —Debo de darme prisa, es la hora de ir a recogerte, la hora en la que debías haber vuelto. Quizás hoy sea el día que regresas.

Y aquí estoy, de nuevo esperándote, sentada entre una multitud de personas ajetreadas que arrastran las maletas de un lado a otro del aeropuerto, como hacías tú antes de emprender tu último vuelo.

  

domingo, 7 de agosto de 2011

Más allá de la vida

1 de junio de 2007 

Querido diario, hoy escribo para despedirme de ti. Ya no tengo fuerzas, las manos no me responden, la vista me falla, y además confundo las palabras. 
Hay días en que parece que todo va mejor, pero no son más que falsas esperanzas. Este demonio se apodera de mí. 
Hay una enfermera muy agradable y dulce conmigo, se llama Inés, está muy pendiente de mí, siempre tiene una sonrisa dibujada en su rostro; le cuento historias sobre mi vida y ella las escucha atenta. Estoy muy cansada. Tal vez le pida que escriba ella en mi diario.

--- Hola Inés, aquí estoy esperándote, hoy no me he ido a la discoteca.
--- Qué humor tienes, Teresa, así me gusta, cielo. Como te encuentras hoy, ¿has comido bien?
--- La verdad es que no; el doctor dice que me van a dar la comida por sonda, no me entra nada.  

       Verás, Inés, te quería pedir un favor…
--- Dime, cariño, lo que tú quieras.
--- Te importaría escribir por mí en mi diario.
--- Será un honor, sabes que solo tienes que pedirme las cosas, haré lo que esté en mi mano.

3 de junio de 2007

Querido diario, no es mi mano las que escribe, es la de Inés. Esta chica tiene una paciencia infinita, porque mis palabras cada vez salen más débiles.
Rafa viene a verme todos los días; yo le pregunto por su padre, hace dos semanas que no ha venido. El dice que Juan está enfermo, se ha hecho daño en una pierna y no puede venir… ¡Ay, qué mayores nos hacemos!
Le echo mucho de menos, nunca hemos pasado tanto tiempo separados, me gustaría verlo antes de perder la razón, y sé que me queda poco tiempo para que eso suceda. Logré vencer al cáncer cuando lo tuve en los ovarios, y la vida me dio una tregua para disfrutar de mi nieta y de mis seres queridos. Pero ahora está en mi cabeza y avanza rápido.
Estoy contenta, vienen a verme cada día mis hermanos, mi hijo, y muchos amigos, pero me faltas tú, Juan, amor mío.

5 de junio de 2007

Querido diario de Teresa, soy Inés. Ella quiere que siga escribiendo yo en su diario porque su estado empeora y casi no puede hablar, aunque no para de preguntar por su marido. Está triste, por momentos pierde la consciencia y ya no se puede mover.
He hablado con su hijo y me ha contado algo terrible que ella no debe saber. Juan, su marido, hace dos semanas que está ingresado por un maldito cáncer de huesos; cuando se lo detectaron ya era tarde, está muy avanzado y parece ser que ya está totalmente sedado; los médicos le han dicho que puede morir dentro pocas horas.



Hoy, al llegar a planta, me he encontrado con una triste noticia. El hijo de Teresa ha llamado para informarnos que llegarán más tarde a su visita. El padre ha fallecido de madrugada, y lo han avanzado todo para que esta misma tarde sea el sepelio. Nos dijo que no le digamos nada a su madre.
Me dirijo a la habitación 375 a ver a Teresa, con el corazón en un puño. Cuál es mi sorpresa al encontrármela muy animada y con su cabeza más lúcida que nunca. Con una sonrisa me dice:

--- Hola Inés, tengo una buena noticia, coge mi diario y anota, por favor.
--- Claro, Teresa, dime.

8 de junio de 2007

Hoy he recibido la visita de Juan, ha sido de madrugada, no sé cómo le han dejado entrar, pero me alegró tanto verlo. Venía muy guapo, con su traje azul marino, el que llevó en la boda de nuestro hijo.
Me ha dicho que esté tranquila, que él ahora ya no sufre, que muy pronto volveremos a estar juntos. Me dio un beso y se marchó.
Durante un rato sentí una paz enorme, me encontraba tan bien que no sentía ningún dolor.
Tengo ganas de estar con él, volver a pasear de su mano. Volver a viajar, nos gusta mucho, hemos ido cada año a un lugar diferente. Nos lo pasamos muy bien. A Juan le encanta bailar, a mí mirarlo cuando baila.
Ahora estoy más tranquila, sé que se encuentra bien. Y estoy segura de que mañana volveremos a vernos.


Yo no podía asimilar lo que me contaba, tenía la piel erizada y las lágrimas a punto de saltar. Escribí en su diario todo lo que me contaba, luego la abracé fuerte y le dije lo contenta que estaba por ella.
Antes de acabar mi turno, llegó el hijo de Teresa. Venía del cementerio, y ella le contó la visita de su padre. Él la escuchaba asombrado, su corazón no podía con tanto dolor, estaba agotado y como en una nube, de la que bajó de golpe al oír que el traje que Teresa decía que se había puesto para venir a verla, era el mismo con el que acababan de enterrar a su padre.

Aquélla misma noche, antes del amanecer, Teresa murió.


domingo, 24 de julio de 2011

Cadena perpetua

No recuerdo cuando empezó, en qué momento aquellas manos que me acariciaban se convirtieron en puños de acero. Los brazos que antes me abrazaban eran ahora mi cárcel; y las dulces palabras de amor, desprecios y gritos.

Cada golpe que tú me dabas, desfiguraba nuestros rostros; en el tuyo surgía la bestia.

Aquella noche no fue una de tantas. Mientras descargabas  sobre mi quebrantado cuerpo lo que tú llamabas amor, no sé si por el destino, mis súplicas o el alcohol, caíste golpeándote certeramente.

Con tu muerte, creí quedar libre para siempre. No sabía entonces que algunas secuelas son para toda la vida. Como otra cadena perpetua.


Jan Saudek


lunes, 18 de julio de 2011

Nunca es tarde

Una versión impresionante de mi texto ahora poesía. Realizado por Manuel López Rey.

Serpenteas hacia mí.
Inyectas el veneno que paraliza, y esperas.

Esperas escondida y acechando sin tregua
desde debajo de la máscara.
En mi interior, silencio
y un ayer que espera despertar.

Te acercas de nuevo, sigilosa,
me rodeas y me asfixias
poco a poco.

Cierro los ojos, impotente,
y noto que me invades
y el antídoto a tu veneno escondido en mi interior.
No eres más que un espectro.

Adentro me pierdo entre recuerdos,
culpas y reproches,
aislada. Y no quiero.


El antídoto comienza a hacer efecto.
Liberas mi cuerpo y te alejas
reptando en busca de otro
a quien sumir en una profunda tristeza.

Ahora soy yo quien se arrastra lenta, hacia afuera.
Desacostumbrada,
la luz ciega y el aire
tan espeso oprime mi pecho y me asfixia también.

Lenta continúo,
ante esta multitud ajena a mi pánico.

A medida que avanzo, crezco,
y es mi propia sangre que impregna otra vez mi cuerpo.
Ese maravilloso olor a vida.

Me yergo y sé
que ahora no es tarde.



sábado, 16 de julio de 2011

Fantasía en la noche...


Con solo unas palabras en un mensaje o una foto la imaginación se pone rápidamente en marcha para trazar en la mente una fantasía, es solo eso, una fantasía, pero inconscientemente se vuelcan en ella los deseos de cada persona. Cuanto más inalcanzable, mayor e intensa es la fantasía. Es efímera pero puede dejar huella en nosotros. Ya sea despierto o en sueños las fantasías están siempre presentes. Se podría comparar a un artista ya sea escritor, pintor, escultor, etc.… que vuelca en su obra sus deseos, miedos, incluso su personalidad. Creo que casi todos hemos tenido una fantasía de este u otro tipo (no necesariamente tiene que ser sexual) alguna vez en nuestra vida.
Después de semejante desvarió os dejo este breve texto…..

¿Has sentido alguna vez que puedes con tus dedos acariciar la luna? Yo sí, cada vez que estoy a tu lado. Te siento cerca en la distancia, mi piel se estremece al pensar en ti. Cierro mis ojos y te imagino a mi lado, susurrándome al oído esas bellas palabras. Mis pensamientos vuelan contigo y mis deseos se desatan.
Esta noche eres mío y vas a formar parte de mis fantasías. Las olas son testigo de nuestra pasión, la fina arena nuestro lecho de amor y la luna nuestro cómplice.
Dibujo con mis labios mis deseos sobre tu piel, mientras acaricio con mis manos el resto de tu cuerpo. Siento tu respiración cada vez más agitada y con ella mi excitación crece, me deseas, te deseo……
Acaríciame, siénteme, quiero dejar mi huella en tus sentidos para que jamás te olvides de esta noche. Recuerda cada centímetro de mi cuerpo que se estremece cuando me tocas, cuando siento tu respiración. Mi cuerpo arde en deseo….
Suavemente me deslizo sobre ti, nuestros cuerpos desnudos se buscan en la noche, tus manos me agarran con fuerza y el sonido de las olas con su vaivén nos incita a hacer el amor con desenfreno. Quiero sentirte en mí interior, quiero que seamos uno.
Saciada nuestra pasión, abrazados bajo las estrellas deseo que esta noche no acabe. Eres como un espejismo, un oasis en un inmenso desierto. Sé que debo abrir mis ojos y volver a la realidad. Sé que desaparecerás, pero también sé que estas ahí al otro lado.
Te llevare conmigo donde mi próxima fantasía me lleve….


miércoles, 13 de julio de 2011

Acróstico


Medicina para el alma
Única para los sentidos,
Siempre presente en mi vida
I nundando mi corazón de penas y alegrías,
Cada instante una melodía,
Anhelo tu compañía para el resto de mis días.

sábado, 9 de julio de 2011

En un instante


El sol se alzaba e iluminaba tímidamente tu cuerpo tendido sobre mis brazos, cubiertos únicamente por una manta de amor. Yo te contemplaba como a la más bella obra de arte, mi Diosa. Una y otra vez me pregunto porque…… porque a nosotros Laura.




Recordaba nuestras noches de pasión, todavía se estremecía mi piel al recordarme acariciándote suavemente. Besándonos, rozando nuestros cuerpos mientras la excitación crecía por momentos.


Me perdía en tus curvas, en tus labios carnosos y ardientes, en tu piel sedosa. No existía nada ni nadie solos tú y yo.

Saciaba mi sed de ti recorriendo tu cuerpo hasta el último rincón. Te abrías para mí como una flor ofreciéndome tu néctar, bebía haciéndote estremecer a la vez que yo disfrutaba al sentir tus gemidos de placer.
Me costaba no sucumbir mientras tus labios me hacían enloquecer y tu lengua lamia sin control mi sexo.
No quería que esas noches acabasen nunca pero la excitación era tal que no podía soportarlo. Deseaba poseerte, hacerte sentir el máximo placer que te podía ofrecer. 
Tu mirada delataba tu deseo de ser poseída. Recuerdo cuando comenzábamos el juego que más nos gustaba, el de sentirnos uno dentro del otro.
Mis movimientos se aceleraban mientras mis gemidos se ahogaban en tus besos.
Tus manos me acompañaban apretando mi cuerpo contra el tuyo cada vez con más intensidad. Tu voz entrecortada me pedía una y otra vez que no parase…. entre jadeos me besabas y me decías que me amabas.
Tus gemidos eran música para mis odios y gasolina para mi cuerpo que aceleraba cada vez más, fuera ya de control llegábamos juntos a un mágico orgasmo dejándonos con los sentimientos a flor de piel.
Extasiados, te dormías en mis brazos mientras yo te miraba tan enamorado como el primer día.
Después el momento más dulce, despertar y sentir tu calor, tu cuerpo desnudo junto al mío. Tantas veces pasaba por mi cabeza el deseo de poder parar el tiempo y revivir una y otra vez esos sublimes momentos.

Pero la vida nos tenía preparado algo diferente. Aquella mañana despertamos sobresaltados nos habíamos dormido y si no nos dábamos prisa llegaríamos tarde a la cita sorpresa que tú habías preparado.

En cuestión de media hora estábamos los dos arreglados con las llaves del coche en la mano. Eran dos horas de viaje y el tiempo no ayudaba demasiado, llovía a cantaros. Te roge que anularas la cita pero insististe en que no era posible, que era demasiado tarde.

Así que emprendimos el camino, una carretera secundaria poco frecuentada, para evitarnos el atasco propio del acceso a la autopista.
Te gustaba juguetear conmigo mientras yo conducía, te aprovechabas de que tenía mis manos ocupadas en el volante para provocarme.
Empezaste a acariciarme la entrepierna pasando muy cerca de la zona de peligro que aumentaba su tamaño de una forma descomunal, solo con el roce de tu mano. Después te acariciaste tú y eso como ya sabias me excitaba mucho. Mordisqueabas y lamias mi cuello muy despacio. Cogiste mi mano y la pusiste bajo tu falda, estabas tan húmeda….
No lograba centrar mi atención en la carretera, mis ojos eran solo para ti y mi imaginación volaba, mis manos querían soltarlo todo y agarrarte fuerte, poseerte.
El sonido de la lluvia golpeaba los cristales y en mi estallaba la tormenta del deseo. Estaba tan excitado que tuve que parar en el arcén y devolverte todo lo que habías provocado en mi cuerpo. Me abalance sobre ti y te hice mía con una pasión desenfrenada.
Después de saciarme de ti de nuevo me invadía el miedo a perderte, no podía imaginar mi vida sin ti.
No había tiempo para relajarnos y gozar del momento. Nos compusimos las vestiduras y emprendimos la marcha.

Tuve que apretar el acelerador para intentar llegar lo antes posible. No puedo recordar cómo empezó la discusión, solo me viene a la mente el instante en que tu alterada me gritabas, me reprochabas tantas cosas. Detalles para mi insignificantes de los cuales ni me había dado cuenta pero estaba claro que a ti si te molestaban y algo hizo que estallaras.
Aquella maldita carretera, la lluvia, tus gritos y mi nerviosismo fueron el coctel perfecto para perder el control en una curva traicionera, el coche choco contra la valla de seguridad, la rompió como si fuera de papel y caímos al vacio.
Luego mis recuerdos son confusos, solo veo tu cara ensangrentada cubierta de cristales incrustados, tus ojos de pánico mirándome mientras nuestros cuerpos eran zarandeados de un lado a otro, hasta chocar contra el suelo. Donde todo termino en un silencio aterrador.
Mi único pensamiento eras tú, el miedo a perderte, la impotencia de no poder parar aquello. La culpabilidad me invadió en aquel momento y me atormentan ahora día y noche.

Pero no te preocupes mi amor, sigo aquí, he esperado un año y seguiré esperando toda la vida si es necesario a que despiertes. No descanso hasta que no llego al hospital y te veo….mi Diosa. Quiero ser la primera persona que veas cuando abras de nuevo tus ojos a la vida.
Tengo que contarte algo Laura. Hice realidad tu deseo, supe tiempo después que la cita sorpresa donde aquel trágico día me llevabas era a ver nuestro futuro hogar.
Todo está arreglado y esperando tu vuelta. La casa es nuestra Laura.
Todos nuestros sueños y proyectos de futuro se destrozaron en un instante, unos segundos….
Los médicos son optimistas y dicen que volverás conmigo.